Explorar los Valles de Ansó y Hecho en un viaje en coche es adentrarse en un rincón mágico de los Pirineos, donde la naturaleza se fusiona con la rica herencia cultural. Rodeados de majestuosas montañas, estos valles en la comarca de Jacetania ofrecen una experiencia única que combina la belleza de sus paisajes con la autenticidad de sus pintorescos pueblos y su historia arraigada.
Siguiendo las carreteras serpenteantes, podrás sumergirte en un entorno de cuento de hadas donde los prados verdes se encuentran con cielos azules y cimas nevadas. Pero más allá de su impresionante belleza, estos valles también son portadores de una rica historia y cultura, que se manifiestan en los pueblos con sus casas de piedra y tejados de pizarra, y en los vestigios de monasterios y ermitas que atestiguan siglos de tradición.
Este artículo te guiará a través de un viaje en coche que despierta los sentidos y la curiosidad, mientras exploramos los encantos ocultos y los tesoros a la vista en los Valles de Ansó y Hecho. Una ruta en coche ideal para hacer en 2 o 3 días.
Ruta en coche por los Valles de Hecho y Ansó
La Foz de Biniés
Nuestro recorrido en coche por los Valles de Hecho y Ansó lo vamos a comenzar con uno de los platos fuertes que nos depara este viaje, la Foz de Biniés, un espectacular desfiladero esculpido por el río Veral al que accederemos desde la localidad de Berdún. Cuidado porque la carretera es estrecha y sinuosa.
La Foz de Biniés es uno de los secretos mejor guardados en la comarca de Jacetania, en los Pirineos aragoneses. Este impresionante cañón, ubicado cerca del pueblo de Biniés, ofrece una experiencia natural única, combinando la majestuosidad de altos acantilados de roca con la serenidad del río que serpentea a través de ellos.
Este rincón es un refugio para la biodiversidad, con una variedad de plantas y animales adaptados a este hábitat singular. Para aquellos que buscan una experiencia auténtica de la naturaleza en los Pirineos, la Foz de Biniés es un destino que inspira asombro y respeto por la magnificencia de la creación natural.
Ansó y el Valle de Zuriza
Desde la localidad de Biniés a Ansó son solo 20km, pero las vistas que tendrás desde la carretera son increíbles y te llevará casi media hora en recorrerlos. Ansó es una localidad muy pequeña pero con un atractivo suficiente como para ser considerado uno de los pueblos más bonitos de España.
A la entrada del pueblo hay un parking y desde allí podrás comenzar a caminar recorriendo sus calles empedradas y disfrutar de la arquitectura típica de sus casas, que combina de una manera muy elegante la piedra con la madera añadiendo el típico tejado de pizarra, elementos que reflejan la autenticidad y el encanto de la vida rural en los Pirineos.
Entre los lugares destacados que podemos visitar en Ansó está la Iglesia de San Pedro, un templo románico del siglo XII del que debemos destacar sus detalles esculpidos en piedra. También hay que visitar el Museo del Traje Ansotano, para conocer la historia de uno de los elementos más populares del pueblo.
Tras visitar el pueblo nos dirigiremos hacia el norte siguiendo el curso del Río Veral atravesaremos otro de los lugares interesantes que visitar en esta zona, el Valle de Zuriza. El destino final de este recorrido sería el Refugio de Linza para poder disfrutar de la sinuosa carretera que te lleva por uno de las grandes maravillas.
Desde allí parten además varias rutas a pie con las que descubrir esta parte de los Pirineos, ideales si tienes suficiente tiempo.
Hecho
Es hora de cambiar de valle y volviendo sobre nuestros pasos hacia Ansó atravesaremos de una valle a otro y en poco tiempo nos encontraremos en el Valle de Hecho visitando en primer lugar la población que da nombre al valle y que ofrece una mezcla encantadora de belleza natural y autenticidad rural.
Lo mejor que puedes hacer en Hecho es perderte por sus calles y disfrutar de un agradable paseo por la Calle Mayor, principal calle de la localidad, donde encontrarás casas de piedra con balcones de madera y tejados de pizarra, creando un ambiente tradicional. Así llegaremos hasta la Iglesia de San Martín, uno de los tesoros de Hecho. Sus detalles arquitectónicos y su atmósfera histórica son cautivadores.
Además, podemos visitar dos museos. Por un lado, el Museo Etnográfico Casa Mazo, y por otro el Museo de Escultura Contemporánea al Aire Libre, que te sorprenderá.
Monasterio de San Pedro de Siresa
A menos de 3km de Hecho encontramos la bonita localidad de Siresa, donde se encuentra una de las grandes joyas que visitar en el Pirineo Aragonés y que es sin duda, otro de los platos fuertes de nuestra ruta en coche por los Valles de Hecho y Ansó.
Hablamos del Monasterio de San Pedro de Siresa, un tesoro histórico y arquitectónico que atestigua siglos de espiritualidad y cultura en los Pirineos. Fundado en el siglo IX, este monasterio románico se erige como un testimonio tangible de la influencia religiosa y artística que ha moldeado la región a lo largo de los años.
La iglesia del monasterio es un ejemplo ejemplar del arte románico, con sus arcos de medio punto, capiteles ornamentados y detalles esculpidos que narran historias bíblicas y simbolismo religioso. El claustro y otros elementos arquitectónicos también dan testimonio de la destreza artística de la época.
Hoy en día, el Monasterio de San Pedro de Siresa sigue siendo un destino de interés para los visitantes que desean explorar la historia y el arte medieval en el contexto de un entorno natural impresionante. La combinación de su valor histórico y su belleza arquitectónica lo convierte en una parada ineludible para quien quiera conocer la zona.
La Selva de Oza
Nuestro recorrido por los Valles de Hecho y Ansó finaliza en otro lugar fantástico que no deja indiferente a nadie, la Selva de Oza, un tesoro natural que cautiva con su belleza y diversidad. Este enclave pintoresco es un ejemplo de la majestuosidad de los Pirineos y ofrece un entorno único para aquellos que buscan conectarse con la naturaleza.
Esta área protegida es conocida por su exuberante vegetación, que incluye bosques de hayas y abetos, prados alpinos y una variedad de flora autóctona. Los senderos que serpentean a través de la Selva de Oza permiten a los visitantes explorar la rica biodiversidad de la región mientras disfrutan de vistas impresionantes de las montañas circundantes.
Ya sea que elijas caminar por los senderos o simplemente relajarte y disfrutar del entorno, la Selva de Oza te brinda una experiencia auténtica en el corazón de los Pirineos aragoneses. Desde aquí parten numerosas rutas, desde las más fáciles para todas las edades hasta para los más experimentados destacando la Boca del Infierno o Aguas Tuertas.
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