El Río Liffey es el alma de Dublín. Alrededor del mismo se desarrolla la vida en la capital de Irlanda y junto a él se encuentran los mejores lugares que ver en la ciudad.
Al norte, las zonas más comerciales de Dublín y la monumental O’ Connell Street. Al sur, la zona con más ambiente, como Temple Bar y la más monumental con el Trinity College y otros edificios.
Pero a lo largo del río también encontramos lugares muy interesantes que no te debes perder así como sus numerosos puentes que comunican ambas orillas.
De paseo hasta Four Courts
Nuestro paseo a lo largo del río puede comenzar Sean Houston Bridge, uno de los puentes más elegantes y por el que pasa el tranvía, lo que le da un aire moderno a pesar de que fue construido en 1829.
Desde allí podemos caminar en dirección al centro de la ciudad dejando a un lado varios parques y el Guinness Storehouse, el gran almacén de la cerveza más famosa de Irlanda.
Justo al lado del templo de la cerveza encontramos otro de los bonitos puentes que cruzan el río, Rory O’More Bridge, un puente que en su origen era de madera y que destaca por su color azul.
A pocos metros, el Puente de James Joyce, construido por el famoso Santiago Calatrava, formado por 2 arcos inclinados simétricos del típico color blanco que acompañan a los monumentos del arquitecto.
Dejando a los lados los típicos edificios de ladrillo rojo que predominan en Dublín, nos vamos acercando al corazón de la ciudad encontrándonos primero con una iglesia muy estrecha, St. Paul’s Church.
Y posteriormente con uno de los principales monumentos que están junto al río, la sede del Tribunal Supremo de Irlanda, un edificio conocido como Four Courts formado por un pórtico de 6 columnas sobre las que se eleva una cúpula de cobre.
Four Courts data de principios del siglo XIX aunque tuvo que ser reconstruido en 1932 ya que durante la guerra civil irlandesa fue prácticamente destruido perdiéndose miles de documentos que se remontaban al siglo XII. Eso sí, se reconstruyó siguiendo el diseño original.
La zona más céntrica de Dublín
Las tiendas y restaurantes en los bajos de los edificios de ladrillo rojo se suceden de manera cada vez más intensiva según nos vamos acercando al centro de la ciudad, así como diferentes hoteles.
Primero nos encontramos con Graftan Bridge y sus candelabros y después con Millenium Bridge, un pequeño puente peatonal de 1999 construido para conmemorar el nuevo milenio, que da la bienvenida a la zona más céntrica de Dublín.
El siguiente puente es el más famoso de la ciudad. Se trata de Ha’penny Bridge, construido en hierro fundido en 1816 y que en su origen tenía un peaje de medio penique para poder cruzarlo.
Es peatonal y sin duda uno de los símbolos de la ciudad y el que te lleva directamente de la parte norte del río al corazón de Temple Bar.
Por fin llegamos a O’Connell Bridge, posiblemente el puente más transitado ya que une la zona del Trinity College y Temple Bar con la famosa O’Connell Street, la calle más importante de la ciudad. Como curiosidad, destacar que el puente es más ancho que largo.
Custom House y el Puerto de Dublín
Desde aquí enfilamos la última parte del Río Liffey antes de llegar al Puerto de Dublín y su desembocadura pero todavía nos queda otro espectacular monumento que no debes dejar de visitar.
Se trata de Custom House, un espectacular edificio neoclásico del siglo XVIII construido para ser la sede de la aduana del puerto.
En la actualidad, Custom House es la sede del Ministerio de Medio Ambiente después de que fuera reconstruido en 1991 tras años de abandono tras el incendio que el Sinn Fein provocó en 1921 para celebrar la victoria en las elecciones de ese año.
Su fachada es realmente espectacular y su reflejo en el agua cuando se encuentra iluminado por la noche es algo que no se te puede olvidar.
Antes de llegar al Puerto todavía quedan dos puentes interesantes. El primero, Sean O’Casey Bridge, el puente más moderno que cruza el Río Liffey, construido en 2005 con un llamativo diseño que no pasa desapercibido.
Por último, Samuel Becket Bridge, también diseñado por Santiago Calatrava y que recuerda a un arpa, el símbolo de Irlanda. A su lado el Centro de Convenciones de Dublín, un edifico con un llamativo diseño muy vanguardista.
Así finaliza un paseo por el Río Liffey, sus monumentos y sus puentes pues lo siguiente es la zona portuaria e industrial de la ciudad, poco interesante para el turista y la desembocadura del río en el Mar de Irlanda.
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