En septiembre de 2016 decidimos regresar una vez más a Portugal para visitar una zona totalmente desconocida para nosotros, la región de Oporto y sus alrededores. De esta manera, fuimos en nuestro propio coche hasta la segunda ciudad más grande Portugal visitando también Aveiro, Guimaraes y Braga.
En total, estuvimos 3 días en Oporto, tiempo suficiente para visitar al ciudad y también los alrededores aunque quizás nos hubiera gustado estar alguno más para conocer más en profundidad este rincón de Portugal.
Aquí tienes nuestro diario de viaje a Oporto.
La preparación del viaje
Para realizar nuestro viaje utilizamos nuestro propio coche con el que atravesamos Portugal entrando por la frontera cercana a Ciudad Rodrigo.
Elegimos un hotel en Vila Nova de Gaia, que realmente no pertenece a Oporto. Concretamente el Cliphotel Gaia Porto, situado junto a una estación de metro con el que llegar rápidamente al centro y además muy bien situado junto a las carreteras que te llevan a los alrededores de la ciudad. Lo reservamos a través de hoteles.com, como casi siempre.
Hay que recordar en este punto cómo funcionan los peajes en algunas autopistas de Portugal y es que el cobro se realiza tras pasar unos pórticos con cámaras que capturan las matrículas. Para los que entramos por la provincia de Salamanca, a pocos kilómetros de la frontera hay una gasolinera donde hay unas cabinas donde asociar una tarjeta de crédito a nuestro coche.
De esa manera, cada vez que pases por un pórtico de peaje, se te irá cargando en tu tarjeta el importe del peaje que posteriormente te cobrarán. Esta asociación de tarjeta-vehículo tiene una validez de un mes y solo sirve para las autopistas con peaje electrónico. Para el resto de autopistas con peajes tradicionales tendrás que pagar de la manera habitual.
Día 1. El viaje hasta Oporto. Visita a Aveiro
Tras entrar en Portugal y asociar nuestra matrícula en el Área de Servicio de Vilar Formoso, atravesamos el país hacia el oeste dejando atrás poblaciones como Guarda o Viseu, que bien merece una visita, hasta llegar a la Región de Aveiro, gravemente dañada por numerosos incendios producidos en el verano y cuyas consecuencias podíamos ver desde nuestro coche.
Antes de mediodía llegamos a Aveiro, conocida por muchos como «La Venecia Portuguesa», pero que nada tiene que ver con la ciudad italiana salvo la existencia de algunos canales por donde circulan los Moliceiros. Aparcamos en el mismo centro de la ciudad, en el Centro Comercial Aveiro Forum y desde allí, tras la comida, comenzamos a conocer la ciudad.
Así conocimos sus canales, la Iglesia de Vera Cruz, la Iglesia da Misericordia y la Sé Catedral, así como las bonitas calles de esta ciudad portuguesa.
Tras la visita cogimos el coche y nos dirigimos hasta el mar donde se encuentra la bonita Costa Nova, famosa por sus casas de rayas de colores, y la Playa de Barra. La pena era la niebla que había en la zona pero aún así pudimos admirar esta belleza de Portugal.
Después hicimos por fin los últimos kilómetros hasta nuestro hotel en Oporto sin mucho tiempo para más, por lo que decidimos cenar por la zona y descansar para comenzar a visitar esta ciudad y sus alrededores al día siguiente.
Día 2. Guimaraes y Braga. Primer paseo por Oporto
Tras nuestro primer desayuno en el hotel de Oporto, cogimos el coche y nos dirigimos hasta una de las ciudades más bonitas de Portugal. Es una ciudad Patrimonio de la Humanidad y su casco antiguo es realmente espectacular. Se trata de Guimaraes, una visita imprescindible.
Aparcamos el coche en Largo Republica do Brasil, donde se encuentra la bonita Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación y desde allí caminamos, atravesando el Casco Antiguo, camino del Castillo de Guimaraes y el Palacio de los Duques de Bragança, los monumentos más destacados de Guimaraes.
Tras visitarlos, volvimos al Casco Antiguo para visitar sus calles y sus plazas y degustar una típica comida portuguesa en uno de sus numerosos restaurantes.
Tras la comida emprendimos camino hacia Braga, situada muy cerca de Guimaraes y cuyo principal monumento es Bom Jesus do Monte, un santuario muy visitado del que hay que destacar su espectacular escalinata que te lleva hasta ella.
Eso sí, también puedes llegar en coche hasta el mismo santuario o subir en el funicular aunque aún así, bajar o subir por las escaleras es obligado.
El centro de Braga tiene también muchos lugares de interés pero los visitamos rápidamente por falta de tiempo.
La última parte de la tarde y la noche la dedicamos a dar nuestro primer paseo por Oporto. Fuimos directamente hasta allí y tras dejar el coche en un parking de la Avenida de los Aliados visitamos esta zona y recorrimos las empinadas calles de la ciudad hasta el barrio de Ribeira, el barrio más característico de Oporto y desde donde se tienen unas bonitas vistas del Río Duero y el Puente Luis I.
Tras la cena, volvimos hasta el coche y fuimos hasta el hotel para descansar tras un largo día y dedicar el día siguiente completamente a esta ciudad.
Día 3. Recorriendo Oporto
Era nuestro último día completo en Oporto y teníamos que aprovecharlo al máximo así que tras el desayuno, cogimos el metro en la puerta del hotel y nos fuimos hasta el centro de la ciudad, tras pasar por encima del Puente Luis I y bajarnos en la Estación de Sao Bento, una de las más bellas del país.
Desde allí tocaba caminar, y recorrimos la zona del Mercado de Bolhao y la Rua de Santa Catarina, donde se encuentra el Cafe Majestic, para continuar hacia la Torre de los Clérigos y visitar también su iglesia. Muy cerca está un lugar mágico como la Libreria Lello Irmão, que es de obligada visita aunque hay que hacer cola y pagar una entrada que se te descuenta si compras un libro.
Desde allí bajamos nuevamente hasta Ribeira, dejando atrás el Palacio de la Bolsa y la impresionante Iglesia de San Francisco, antes de comer en un restaurante típico. Tras la comida, caminamos por esa orilla del Río Duero para cruzar el Puente Luis I por su paso inferior y conocer la orilla de Vila Nova da Gaia, donde se encuentran las principales bodegas productoras de Vino de Oporto.
Desde allí cogimos el Teleférico que te lleva a la parte superior del Puente Luis I, que cruzamos esta vez por la parte superior, para acabar nuestro paseo en la Catedral de Oporto, uno de los monumentos más bonitos de la ciudad.
Allí acababa este recorrido antes de irnos a descansar al hotel aunque todavía no finalizaba nuestro viaje a Oporto.
Tras un pequeño descanso decidimos coger el coche y acercarnos a Foz do Douro, donde se encuentran las playas de la ciudad y donde desemboca el Río Duero. Allí contemplamos cómo se ponía el sol sobre el Océano Atlántico antes de volver al centro de la ciudad siguiendo el curso del río y cenar junto al mismo en el Barrio de Ribeira.
Un último paseo por la ciudad iluminada fue el colofón de este corto, pero intenso, viaje a una de las zonas más bonitas de la Península Ibérica antes de volver al día siguiente a casa.
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